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Soy Ángel Moraleda experto en liderazgo, ventas, inteligencia artificial y consultoría SAP.
Con una trayectoria sólida ayudando a empresas y profesionales a optimizar su rendimiento y liderazgo, he desarrollado habilidades en ventas y estrategias empresariales que comparto a través de mi contenido y servicios de consultoría.
Compromiso con la transparencia y la ética, priorizando siempre el respeto y la honestidad en las relaciones profesionales y personales.
Ser un referente en liderazgo y transformación digital para organizaciones en entornos de rápido cambio.
Durante más de 50 años, he dedicado mi carrera a ayudar a individuos y organizaciones a desarrollar sus habilidades comerciales y de gestión.
Me formé en ingeniería, lo que me ha permitido combinar mis conocimientos técnicos con estrategias efectivas de gestión empresarial.
He tenido la oportunidad de trabajar como profesor universitario, donde comparto mi experiencia en ventas y liderazgo con mis alumnos. Además, he sido consultor para la Comunidad Europea, colaborando en la formación de países en economía de mercado. Mi experiencia internacional incluye proyectos en Estados Unidos, México, Argentina y varios países de Europa, como Chequia y Hungría.
En mi labor actual, ofrezco cursos y programas de coaching enfocados en la mejora de habilidades en ventas. Estoy convencido de que la capacitación continua es esencial para alcanzar el éxito. También he explorado el uso de las redes sociales en la gestión empresarial, lo que me ha permitido innovar en la manera en que las empresas se relacionan con sus clientes y mejoran sus resultados comerciales.
He escrito varios libros y he presentado en numerosas conferencias, donde comparto mis ideas sobre liderazgo y técnicas de venta. Mi objetivo es inspirar a otros a alcanzar su máximo potencial, ayudándoles a convertirse en líderes efectivos en sus respectivas áreas.
"La derrota no es el peor de los fracasos. No intentar es el verdadero fracaso."
Og Mandino, autor de "El vendedor más grande del mundo", enfatizaba en sus enseñanzas la importancia de la acción y el crecimiento personal.
“Only three things happen naturally in organizations: friction, confusion, and underperformance. Everything else requires leadership.”
Para que una organización logre un rendimiento eficiente y un ambiente de trabajo positivo, es necesario un liderazgo activo.
Actualmente ofrezco servicios de consultoría y coaching a empresas
Su saludo cuando llegué ante él en su despacho fue muy breve. Un apretón de manos, un ¿Cómo está usted? Y enseguida la primera advertencia: “Soy muy directo.” Y lo fue.
“Le he llamado porque tengo un problema”, me dijo, y yo pensé sin decirlo: Ya lo supongo.
“Nuestras ventas no van bien”, siguió.
“Nuestros vendedores no tienen garra, no venden”, sin más explicaciones.
“Ofrecemos la mejor calidad del mercado pero nuestros vendedores no son capaces de hacer que nuestros clientes la valoren”.
“Mi director comercial no tiene carácter y no los presiona para que vendan más”, con un tono de voz más alto y con tinte despreciativo.
“Estamos perdiendo muchas oportunidades”, añadió.
“Nunca hemos tenido stocks altos de nuestros productos terminados y ahora no dejan de crecer y crecer”, a estas alturas ya no hablaba sino que lanzaba gritos.
Entre una frase y otra gritaba repetidamente esta advertencia:
“¡Esto no puede seguir así! ¡Esto no puede seguir así!”
Y cada vez que la decía, siempre dos veces seguidas la misma frase, me miraba de manera más intensa, casi acusativa, por lo que varias veces tuve que frenar el impulso que sentía de decirle: “No siga mirándome así, que yo no tengo la culpa”.
Las frases anteriores están entresacadas de un monólogo que duró casi treinta minutos, a lo largo de los cuales no hizo más que lanzar acusaciones contra diferentes personas de su propia organización, y en el que no tuve ocasión de decir nada, lo que me encantó, porque me dio la oportunidad de concentrarme en la observación minuciosa de mi interlocutor.
Hablaba en un tono de voz muy alto, lo hacía muy deprisa, moviendo mucho las manos para dar fuerza a lo que decía, con el cuerpo inclinándose hacia delante de modo que, cuando se excitaba más, su pecho se apoyaba en el borde de su mesa. No miró nunca el teléfono celular que tenía encima de su escritorio, muy cerca de su mano izquierda, a pesar de que, aunque nunca sonó, vi que varias veces se iluminaba su pantalla, pero no apartó su vista de mí; me miraba fijamente y a veces me dije a mí mismo que con furia.
Afortunadamente, nunca me han irritado las personas que se muestran así conmigo sin tener ninguna razón para ello, así que permanecí en calma, observándole atentamente - ¿tal vez esto le diera la impresión de que yo no estaba captando bien la gravedad de la situación que me trataba de transmitir? – hasta que terminó de hablar.
Se calló bruscamente, me miró un rato sin decir nada, como examinándome, como preguntándose si yo por fin habría comprendido en toda su amplitud el problema que me describía, antes de decidirse a hacer la pregunta que tenía preparada para mí, y luego me espetó:
“¿Es usted capaz de arreglar esto?”.
Antes de contestar me dije a mí mismo: “Bueno, al comenzar ya me advirtió de que era muy directo”. Luego dije en voz alta:
“Sé cómo se puede trabajar para corregir la situación.”
Apenas oyó esa frase, disparó:
“Explíqueme su plan”.
En ese momento pensé con ironía que gracias a la profesionalidad con la que me había descrito la situación, yo estaba en condiciones de exponerle un plan de acción detallado. Decidí alejar la ironía de mi mente y le pregunté:
“¿Desde cuándo se está produciendo esta situación?”
Me miró un rato en silencio con una mirada irritada, como si mi pregunta le hubiera parecido impertinente. Luego dijo con tono agresivo:
“¡Qué más da! Lo que importa es lo que está sucediendo ahora y lo que nos está perjudicando y, sobre todo, que nos demos cuenta de que lo tenemos que arreglar cuanto antes.”
En ese momento pensé varias cosas:
La primera es que en su monólogo había repetido varias veces la palabra “arreglar” como si de lo que estábamos hablando fuese de un mecanismo roto que se puede “arreglar” en un momento y volver a funcionar al siguiente a la perfección.
La segunda fue que era evidente que este hombre necesitaba que alguien le ayudara a resolver el problema que evidentemente tenía.
La tercera fue que por fin había llegado mi turno de réplica, así que con firmeza le dije:
“En dos semanas le puedo presentar una propuesta detallada en cuanto a lo que quiero hacer, acompañada de su presupuesto correspondiente, siempre que dentro de la primera semana pueda entrevistarme con el director comercial y varios vendedores, con el director de recursos humanos y con el director de producción. También necesitaré entrevistarme con un cliente suyo actual y con otro que lo haya sido, pero que ahora no les esté comprando. Todas tienen que ser entrevistas personales.”
Por supuesto que no esperaba una respuesta así, incluso me pareció que abrió un poco la boca a causa de la sorpresa. Después de mirarme sopesando si debía aceptar mi respuesta con la petición que incluí en ella, o no, me dijo:
“Esta misma tarde le envío un correo electrónico con el programa de entrevistas”.
“Perfecto”, contesté, y me levanté.
La iniciativa ya era mía.
Se levantó también él.
Le tendí la mano y le dije sonriendo por primera vez aquella mañana:
“Muchas gracias por atenderme y confiar en mí.”
Presentación de mi propuesta
En esas dos semanas todo se desarrolló como estaba previsto. Al terminar la segunda, le presenté la propuesta en una reunión en la que estuvo él con el Director Financiero de su compañía. Ninguno de los dos hizo ninguna pregunta sobre el contenido de la misma, él se limitó a preguntar dos veces seguidas, parecía que era su costumbre cuando se trataba de algo que le parecía importante, lo siguiente:
“¿Estará usted personalmente al frente de su equipo de proyecto? ¿Estará usted personalmente al frente de su equipo de proyecto?”
Le respondí con un solo “Sí”.
Y mi propuesta fue aceptada sin ningún otro comentario. El Director Financiero solamente abrió la boca al inicio de la reunión para saludar, después permaneció callado.
El equipo de venta
El equipo de vendedores, que era grande, en general estaba integrado por profesionales, con experiencia en la venta de los productos que manejaban. Solamente había alguno que desde el primer momento se veía que no sería posible mantener, pero la mayoría eran personas muy aprovechables.
El Director Comercial era joven, con ilusión, con empuje, pero estaba desalentado por la falta de confianza y las muestras de desprecio que recibía de su jefe. No tenía estudios superiores, pero tenía estudios muy superiores en la carrera por la vida. A pesar de su juventud, había tenido que salir de situaciones familiares desagradables y lo había hecho luchando en la calle y eso le había preparado para abrirse camino. Me encantaban dos cualidades que tenía muy desarrolladas: una era su deseo de aprender, lo que le hacía, dado que era muy despierto, asimilar rápidamente lo que se le enseñaba. La otra era su interés por todos y cada uno de los miembros de su equipo. Se preocupaba por ellos, les enseñaba lo que él sabía, les ayudaba, y había establecido un tono de relación cordial, no complaciente, con ellos, que era lo que a su jefe le llevaba a decir que no les exigía.
¿Por qué estaban bajando las ventas?
Había varias causas. Voy a señalar las tres más importantes:
1ª. Nuevos competidores. Habían entrado en el mercado varias marcas chinas con precios muy bajos, en segmentos del mercado en los que esta empresa había estado vendiendo cómodamente durante años. La empresa de mi cliente ofrecía productos de mayor calidad que los chinos, pero no supo justificar la diferencia de precio y fue perdiendo clientes poco a poco. Esto no solamente le pasó a la empresa de mi cliente sino a varias otras empresas europeas que concurrían en el mismo mercado.
2ª. Ese tipo de venda exigía que los vendedores tuvieran unos conocimientos técnicos altos y muy especializados en cada nicho de mercado, porque en cada uno de estos nichos las razones de compra eran diferentes. Había que dominar muy bien las características de los productos para poder argumentar con posibilidades de persuadir a los clientes del valor específico que para ellos representaba cada una de estas características. Esta capacidad de ofrecer argumentos técnicos era fundamental para justificar la diferencia de precios. Desgraciadamente, no todos los vendedores eran expertos en todos los productos y cuando se enfrentaban con clientes para tratar de la venta en determinados nichos, su discurso de venta era flojo.
3ª. Cada cliente que aceptaba una oferta tenía que iniciar una lucha odiosa con la burocracia de la empresa hasta recibir lo que había decidido comprar. La ejecución de la compra era complicadísima. No, como podría suponerse, porque la empresa no quisiera correr riesgos financieros, sino por la cultura interna, caracterizada por la nula comunicación entre las distintas áreas que participaban en la entrega de cada pedido, que hacía que desde el cliente decidía comprar hasta que recibía lo que había decidido comprar se hacía longevo. Este era el típico problema reconocido por todos los departamentos pero cuya solución dependía precisamente de que se pusieran de acuerdo todos ellos, lo que no sucedía nunca.
Además de las causas anteriores que habían provocado la pérdida de clientes y la bajada de la cifra de ventas de año en año, mi cliente tenía una idea errónea en cuanto a que los productos industriales que vendía, como eran de más calidad que los de su competencia, no se deberían vender por internet. Todos sus competidores vendían por internet. Él no lo hacía porque, e su opinión, vender por internet era vender como ellos y esto equivaldría a dar a entender a sus clientes que los todos los productos eran de calidad similar., Me ciostó convencerle de que eso no era así, por lo menos que no lo era en los mercados en los que él vendía. Sólo aceptó mis explicaciones cuando le expliqué cómo podía aprovechar las modernas tecnologías precisamente para que le ayudasen a demostrar que la calidad de sus productos era mejor que la de los de sus competidores.
Afrontando la caída de las ventas
A todos los problemas señalados se les fue poniendo solución.
El equipo de vendedores se depuró, se entrenó a los vendedores en conocimientos muy técnicos y en técnicas profesionales de venta. Se reasignaron las carteras de clientes por especialidad y, además, por sintonía entre vendedor y cliente. Es decir, cada vendedor solamente recibía la asignación de un cliente en su cartera de clientes cuando reunía estas dos condiciones:
1ª. Era un experto en el nicho de mercado en el que el cliente se movía y sabía perfectamente dos cosas:
¿Qué necesitaba ese cliente en ese nicho?
De qué manera los productos que llevaba el vendedor respondían específicamente a esas necesidades.
2ª. Además, los caracteres de ambos debían congeniar. Analizábamos los perfiles personales de los decisores de las empresas clientes con los que negociaban los vendedores y analizábamos los perfiles personales de los vendedores, de manera que cada vendedor recibía en su cartera un cliente con el que, en principio, tenía muchas posibilidades de congeniar.
Gastábamos la broma de que entre vendedor y cliente debía haber física y química. La física para entenderse en el terreno profesional o técnico y la química para entenderse en el terreno personal o humano.
Empezar a vender por internet no planteó ningún problema.
Lo más difícil, sin embargo, fue lo que, en principio, debería haber sido más fácil: establecer un procedimiento ágil para que las decisiones de compra de los clientes dieran lugar a entregas inmediatas. Aquí es donde tuve que emplearme a fondo porque los distintos departamentos defendían sus absurdos procedimientos sin disimular que era una lucha estrictamente por el poder. Las discusiones fueron largas, tediosas, sin sentido. Mi tabla de salvación fue que en mi propuesta había incluido la exigencia de que debería tener la potestad de cambiar todo lo que considerase necesario cambiar, con tal de solucionar el problema que se me había encargado resolver. Los consultores de mi equipo y yo tuvimos que mantener discusiones interminables con unos y con otros, sufrimos malas caras por parte de bastantes de nuestros interlocutores, escuchamos argumentos absurdos, impropios de personas racionales, pero, afortunadamente, estábamos decididos a conseguir este aparentemente insignificante objetivo a cualquier precio porque éramos conscientes de que, sin él, todo lo demás que habíamos hecho valdría para muy poco.
Presentación de resultados
Y llegó la sesión de presentación de los resultados alcanzados.
Como en la reunión de meses atrás en la que presenté mi propuesta, me recibieron mi cliente y el Director Financiero de su empresa.
También como en aquella otra reunión, el hombre de las finanzas no habló. Mi cliente, conforme veía las transparencias de mi presentación, asentía con la cabeza y decía frases breves como las siguientes:
“Sí, eso ya lo he visto.”
“Estoy enterado, lo leo en los informes de ventas”.
“Recuperar ese cliente ha sido muy importante”.
Los resultados que habíamos conseguido eran buenos, él ya lo sabía y por eso no le estaban causando sorpresa. Mientras estuvimos haciendo el trabajo me comentaban qué preguntaba sobre lo que hacíamos, a mí no me preguntó nunca directamente, pero sé que preguntaba a sus hombres de confianza, que no eran solamente los directivos de su empresa, pues conocía bien a muchos trabajadores de producción, por ejemplo, ya que esa había sido siempre su especialidad, y a otros colaboradores que llevaban tiempo en la empresa, incluyendo a vendedores veteranos, también les preguntaba por lo que hacíamos. El que todo el mundo viera su interés por nuestro trabajo me ayudó mucho a vencer la resistencia que he señalado cundo tuve que hurgar en las relaciones entre distintas áreas para agilizar el proceso de entrega. Incluso al Director Comercial le preguntó con frecuencia por los cambios que estábamos haciendo y éste se los explicaba con paciencia. El mismo Director Comercial me dijo que su jefe nunca hizo críticas a lo que hacíamos, pero que cuando no entendía algo le decía:
“A ver, venga conmigo a mi despacho y explíqueme eso con más detalle.”
Y, también me revelaba el Director Comercial que, cuando su jefe se quedaba sin entender del todo algo, le pedía:
“Manténgame informado sobre eso”.
Por eso sabía yo mientras proyectaba mi presentación con los resultados que habíamos conseguido que él ya estaba informado de todo.
Cuando terminé de hablar, se volvió hacia su Director Financiero y le dijo:
“Está claro el incremento de las ventas, pero eso son ventas no beneficios, ¿qué beneficios nos da este incremento de ventas?
El Director Financiero, sin decir palabra, hizo unos cálculos en su tablet y luego le enseñó a él, no a mí, la pantalla.
Mi cliente observó un rato en silencio la pantalla de la tablet del Director Financiero, que éste acercaba a su rostro con el brazo extendido. Yo vi que la mirada de mi cliente era de satisfacción, pero después se volvió hacia mí y me dijo despacio y marcando cada palabra:
“Muy bien, ha hecho un buen trabajo. Es una buena cifra, pero, fíjese, ha tardado usted algo más de nueve meses en conseguirla. El año pasado conseguí yo casi la misma cifra en un solo día, yendo a dos Ministerios y sobornando a dos funcionarios”.
Me dijo los nombres de los Ministerios pero ni que decir tiene que no me dijo el nombre de los funcionarios.
Sergio Suárez, director de Suma Inmobiliaria, ha sido capaz de convertirla en muy poco tiempo en una empresa de referencia en su sector. La cercanía al cliente, la seriedad y la profesionalidad con las que trabajan son las claves de su éxito.
To be competitive, any organization have to release the full potential for creativity in its collaborators. But creativity and hierarchy are incompatible. Leaders need to manage declining to exercise the power granted to them by their hierarchical positions. Solution: Adopt the organizational structure inspired by the Niels Bohr hydrogen atom.
Leaders once and again are trying to do stimulate creativity in their organizations, but with increasingly frustrating results.
The problem is that almost all efforts are directed to modify the behaviours of leaders and followers, without understanding that those behaviours are largely determined for the model of organizational structure in which they interact with each other.
It is frequent to see leaders making genuine intents or the elimination of barriers to communication, participation, etc. But it is frequent too that these efforts only result in personal discouragement in leaders and followers, because the desired improvements never materialize.
The problem here is a lack of focus. Instead of looking at personal behaviours, we have to pay attention to the organizational forms that condition those behaviours.
● What is the best organizational structure for releasing the creativity of our collaborators?
● What is the best organizational structure for stimulating their participation?
● What is the best organizational structure for the promotion of entrepreneurship?
For any of these questions the answer is the same:
This organizational structure is the one that prevents its leaders to exercise power and forces them to manage influencing people.
And from my point of view this is the organizational structure inspired on the model of the hydrogen atom proposed by Niels Bohr.
The model devised by Niels Bohr depicts the hydrogen atom as a small, positively charged nucleus surrounded by electrons that travel in circular orbits around the nucleus. Electrons can jump up or down between these circular orbits that represent different energy levels.
From my point of view the nucleus consists of the people 100 % compromised with the company Mission, Values & Objectives. The electrons that travel in different orbits with different energy levels represents collaborators in positions from which they want to contribute, with varying degrees of commitment with the Mission, Values & Objectives. Each employee can be placed in the orbit he wants, and do so voluntarily according to what he wants or can contribute to the company.
According to this model of organizational structure:
● It is not possible for leaders to exercise power and they need to be experts at influencing people.
● The structure makes no distinction between salaried or non- salaried employees.
● The criterion for belonging to the nucleus or to be in any orbit will be determined by two factors:
1º, The employee voluntary identification with the company Mission, Values & Objectives.
2º, The employee skills and how the company evaluates those skills in a daily basis.
● There is a maximum flexibility, because one can enter or exit the nucleus, or move between different orbits, depending on his decision to assume more or less compromise with the company Mission, Values & Objectives.
● There are two forces that leaders have to manage to maintain organizational equilibrium:
▪ The centripetal force. This consists of the employees needs for belonging and security.
▪ The centrifugal force: This consists of the employee need for autonomy.
● Future leaders are not chosen by their personal characteristics, but by their paths in different orbits and the nucleus.
The leader in an organizational structure inspired in the hydrogen atom proposed by Niels Bohr, has to spend most of his/her time on:
Defining Mission, Values & Objectives
Preaching the Mission
Redefining and enriching continually that Mission with the ideas of the people in the organization, mainly with the ideas of those belonging to the Nucleus.
So he/she is in a permanent dialogue with all people, explaining and listening, and through this dialogue, persuading them to act in a direction, to work with a purpose defined by the Mission previously accepted and shared. This organizational model is successful when the leader finds collaborators that share the Mission, Values & Objectives, and work enthusiastically to convert the ideas represented in the M, V & O in daily results.
This organizational compromise averts chaos. People act freely to decide what to do, but that means they are free to choose how to realize this specific and shared Mission, not other one.
So there is discipline in this model of organizational structure: the discipline of the Mission. The advantage over other model of structure is that, in this case, the bohrian leader, once has been able to persuade collaborators to share the Mission, will not interfere with their work.
Without this model of structure, I mean when the leader acts within structural models based in different forms of the organizational pyramid: classic, inverted, flattened, etc, it shall be impossible not to interfere. Any organizational structure associated with any form of the pyramid imposes hierarchical behaviours in both groups, leaders and collaborators: the first give orders and the second obey.
My experience has taught me that each organizational structure compels to behave in a determined way. So “pyramidal leaders” can have the best purposes for restrain themselves and give autonomy to their collaborators, but sooner or later, the inevitable rules of the organizational structure in which they act, forces them to act in a certain way: in not bohrian structures, commanding; in bohrian structures, persuading. Pyramidal leaders: Good bye, good purposes.
This is why we need to adopt a new and different model for the organizational structure. A new model with a very precise goal: prevent leaders to exercise power, prerequisite for releasing the creativity of their collaborators.
As a model for a non-pyramidal organizational structure, I suggest the organizational structure inspired by the model of the hydrogen atom proposed by Niels Bohr.
Organizational model related with the pyramid forces leader behaviours, at any level, based on the power of the hierarchy, and discourages taken risks. The consequence is the suffocation of creativity.
In the same way that organizational structures related with the pyramid causes stability, those related with the model of the hydrogen atom proposed by Niels Bohr, stimulates movement. So we will develop flexible companies able to exploit its opportunities.
This organizational structure will be in itself an evaluation tool for any leader, because exercise leadership means to be able of influence people. Most times when an employee accepts an order he is accepting the power of hierarchy, but this does not mean that he is accepting a leader.
Make a realistic description of the situation: lost opportunities, people dissatisfaction, lack of compromise, challenging markets, etc
Define in an attractive way Mission, Values & Objectives.
Make and communicate a prototype of the new organization.
Invite each collaborator to determine his situation (nucleus, orbits) in the new organizational model.
Decide by yourself what his situation (nucleus, orbits) should be.
Begin with a process, not with the entire organization. Consider this process as an independent hydrogen atom.
Add little by little new processes as new hydrogen atoms that try to constitute a corporate conglomerate.
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Angel -
La ocasión es única para convertir este país en un país de autónomos. ¿Sería beneficioso para España, en estos momentos, convertirse en un país de autónomos? La respuesta es un sí rotundo. ¿Por qué? Por muchas razones, pero de todas ellas la más importante es la siguiente: un país de autónomos es un país de emprendedores. Emprendedores que crean riqueza. Emprendedores que crean oportunidades de trabajo. Emprendedores que ensanchan los límites de la libertad personal.
La ocasión, ahora, en plena crisis, es única para transformar el país. Merece la pena hacerlo, y sólo vamos a poder hacerlo en estas circunstancias, cuando nos vemos forzados a dejar de trabajar como lo hacíamos y a buscar soluciones que nos permitan superar problemas a los que no nos habíamos enfrentado antes. ¿Qué hace falta para llevar a cabo con éxito este proyecto?
En primer lugar, enfocar hacia los autónomos que ya lo son, y hacia los que lo quieren ser, la financiación necesaria para que hagan realidad sus propósitos. Si se está dando liquidez para que éstos presten a los autónomos, ¿por qué no entregarlo directamente a éstos? Se puede decir que ya hay líneas de financiación suficientes para nuevos proyectos empresariales, pero aquí estoy hablando de otra cosa. Estoy hablando de quién debería recibir el dinero que el Gobierno está dispuesto a dar para salir de la crisis.
Si es verdad que el sistema financiero español está fuerte, ¿por qué no dar a los autónomos que lo necesiten, la misma liquidez que se está dando a los bancos? La solución no está en forzar a ninguna institución financiera a que preste a la fuerza, pues ello equivaldría a obligarla a gestionar mal su negocio y a acentuar aún más la gravedad de la crisis que estamos viviendo.
En segundo lugar, animar, invitar, incentivar, ayudar, a toda persona laboralmente activa a convertirse en autónomo. ¿Por qué? Porque de esta crisis vamos a salir, pero no haciendo lo mismo que nos ha llevado a ella. Vamos a tener que trabajar de forma distinta, y, aunque aún no sepamos muy bien cómo, sí se pueden anticipar algunas de las cuestiones que ya se ven venir.
El desarrollo tecnológico y social que disfrutamos en este comienzo del siglo XXI nos permiten hacer algo con lo que hemos podido soñar muchas veces, pero que nunca pudimos llevar a cabo: poner al trabajo a hablar de tú a tú con el capital. Lo podemos hacer y no tenemos más remedio que hacerlo. ¿De verdad puede creer alguien que los trabajadores van a aceptar ser dirigidos como antes, después de sufrir en sus propias carnes las consecuencias de un comportamiento directivo radicalmente irresponsable? La confianza que se ha perdido es irrecuperable. Luego la solución no puede consistir en tratar de convencernos entre todos de que aquí no ha pasado nada.
Si ya no creo en la dirección, no quiero que sea la dirección la que decida qué tipo de formación tengo que recibir, ni qué plan de carreras debo seguir, ni a qué ciudad o nación me tengo que desplazar para trabajar, etcétera. Todo esto lo quiero decidir yo. Y para poder decidirlo yo tengo que tener una autonomía que no puedo alcanzar si trabajo por cuenta ajena, es decir, para unas personas que hasta ahora han decidido por mí, pero que no lo pueden seguir haciendo porque ya no confío en ellas.
Por otra parte, las empresas líderes, las más flexibles, las más competitivas, pueden ofrecer mucho trabajo, pero lo que no pueden ofrecer son puestos de trabajo. Hay que aprovechar oportunidades instantáneas en el mercado, es preciso adaptarse continuamente a cambios tecnológicos, y todo ello obliga a modificar las estructuras organizativas y a buscar perfiles humanos diferentes de un día para otro. Nadie puede ofrecer estabilidad en el empleo, nadie va a creer en quienes la ofrezcan.
Así, pues, han pasado muchas cosas que nos obligan a buscar soluciones distintas. Las empresas tendrán que negociar con trabajadores autónomos competentes, con los que acordarán condiciones contractuales precisas.
Ya no serán necesarias promesas mutuas que todos saben que no se podrán cumplir. Harán falta otros cambios que refuercen el nuevo modelo de relación entre capital y trabajo, como un marco jurídico adecuado que fomente la negociación libre entre ambas partes, que exija el cumplimiento de los acuerdos realizados y que dirima con agilidad las cuestiones interpretativas que se planteen.
Por tercera vez repito que la ocasión es única. Sólo podemos aceptar con esperanza una crisis tan dura como la actual si ésta nos obliga a revisar nuestros viejos conceptos, a dejar atrás antiguos comportamientos, a ver el mundo de otra manera y a actuar en consecuencia. Convertir España en un país de autónomos, en el primer país de autónomos del mundo, es un proyecto de tal calado que se le puede proponer al conjunto de fuerzas políticas, económicas y sociales de este país para salir de la crisis, para trabajar juntos hacia un objetivo común, para crear entre todos nuestro propio futuro.
Ángel Moraleda García de los Huertos. Director USE
Estoy a vuestra disposición por los siguientes medios